jueves, enero 29, 2009

Caperucita



Dice Ismel, y sé que me pongo muy pesado con Isma, pero dice Ismael, Caperucita solo tiene 16, primavera sin flores, papa le dice ven, Caperucita eres joven y tienes que aprender a ocuparte de la casa que seras una mujer, para que seas buena esposa y no envejezcas sola, en la cama y la cocina has de saber alegrar a tu marido y cuidar a cada hijo, te aptrapa tu destino, y la pobre caperucita... llora, quiero volar lejos de aqui escapar, dime mi bien quien me llorará si me dan alas y echo a volar.....quiero dormir no quiero despertar quiero ser la lluvia al otro lado del cristal, quizas alguien me espere en la oscuridad...

Precioso parrafo, pero triste la Caperucita, cada vez que pienso en ella un agujero se me hace en el estomago, y oscurece, y vuelvo a pensar en ella, paseando triste por el bosque con su caperuza roja y su cesto, y entonces entiendo, que antes fui un lobo y veía dormir a mi caperucita, y no sabía no pensaba que era el cariño feroz lo que me destrozó, hasta que una mañana la vi volar y alejarse con una belleza tan grande que todo se iluminó, excepto mi corazón, éste quedo oscuro como un pozo ciego, y desde entonces dejé de ser un lobo, y me convertí en una ovejita, triste y débil, y cada noche siniestras lobas me deboraban alejándome de mi humanidad, de mi semiento, ser un pequeño gorrión sin alas, que está siempre encerrado tras los barrotes de la desesperación, hasta que sentí la necesidad de volar, ser la lluvia al otro lado del cristal, por que quizás alguien me espere en la oscuridad....

martes, enero 27, 2009

Recordando como te olvidaba, se me olvido recordarte



Dí que sí. Todo se refiere a esa extraña teoría del mundo, en la que cualquier cuestión se puede resolver con un dí que sí. Trajiste recuerdos, y no debiste hacerlo, no debiste volcar ese desenfrenado y caudaloso río de sentimientos ya atrasados en el tiempo, y desfasados en su propia linea espacio temporal. Tú permitiste que esto pasará, tu quisiste hacerme recordar, y vagando entre mis recuerdos sólo descubrí cenizas, tu me obligaste, sentir el viento y el dolor, otra vez. No debí recordar, y por el camino hacia el santuario todo era cuesta arriba, y cuando anochecía en el pueblo todo era gris, y la escarcha negra, así que se me olvió recordarte, se me olvidó como eras, ya no distingo tu rostro, no sé como son tus ojos, se me fue el olor de tus manos, se perdío tu pelo castaño o rubio¿no lo sé? te fuiste, te perdiste en la oscuridad de mi felicidad, y te has quedado hundida, sola y renagando en el pozo de mis recuerdos perdidos, y no pienso rescatarte. Se me ha olvidado recordarte, se me han olvidado las lágrimas y el drama, se ha olvidado tu sonrisa, tus garras de loba, tu manzana envenenada, y ahora: encontré el zapato de cristal y ahora busco a la cenicienta sin cuentos de hadas, mientras tú: bruja; ya no estas en mis recuerdos, se me olvido recordarte mientras te olvidaba, y todas ellas: la mujer del vestido negro, la de la melena oscura, la chica que tenía un gato con nombre de perro, la mujer del piano, y todas las que puedo recordar, ningunas eras tú, porque se me olvidó recordarte, no pude acordarme de ti, no pude ver nada de ti en ellas, y lo cierto es que no quiero, tal vez quise, pero ahora ya no quiero recordarte....

lunes, enero 26, 2009

El café, y lo que se quedó por decir....

Como ya advertí en un post titulado "la decisión", es hora de empezar, es hora de cambiar, de desandar lo andado y volver al principio de todo, cuando el alma nace, desnuda, limpia, clara y con calma; pero descubrí que no es tan fácil.... Allí estaba yo con la gran mujer a mi lado, y yo: tan pequeño, tan indefenso, tan inútil. Sentí cosas que hacía años que no sentía, volver de la guerra y curar mis heridas en aquel hospital de campaña con el olor del café humeante y unos ojos que esperaban obtener un mundo y sólo pudo ver un grano de arena. Todo volvió. Allí, el uno frente al otro, con palabras, con sonidos, y reflejos, pero yo, con nervios, con desastre, con una anodina parsimonia que me infectaba con dolor. Intenté, Dios!!! sabe que lo intenté pero el miedo era más fuerte, el dolor era más fuerte y mi resaca no ayudó. Se quedó tanto en el tintero, se quedó tanto en el atrás y que ya no volverá, que ahora el miedo es aún más grande y el nudo en el estomago se me hace interminable, y ella, joder con ella, tan segura, tan hermosa, tan bella en su estado más puro, concentrando su mirada en mí, y despidiendo una aura tan luminosa como su sonrisa, y yo, joder yo, inquieto, desesperado y desquiciado, detrás de mi muro intentando escalar esa torre de babel, pero sin éxito.

Quizás debí parar el tiempo, que todo se congelara, menos ella, apretar su mano y mirarla a los ojos, decirle lo mucho que la necesito, lo mucho que me gusta, todo lo que espero de ella, y todas las cosas que le daré a lo largo de nuestra vida. Debí decirle que cuando no está la añoro, que cuando voy a verla se me desarma el cuerpo y sobre todo, debí decirle que estaba preciosa, tanto que casi no podía mirarla a los ojos, por que me sonrojaba como un colegial, debí parar el tiempo, apretar su mano contra mi pecho y pedirle que me besara, que me abrazara y que no me soltara nunca, decirle que quiero vivir en ella, que necesito estar en ella... Debí decirle tantas cosas, que lo más probable es que ya no se las podré decir nunca, debí hacer tanto, y debí decir tanto, que ahora soy muy poco... Sólo espero que si hay próxima vez......

viernes, enero 23, 2009

La mujer del piano

Llego a casa y el dolor del día me desarma, aguanto todo, pero al finalizar la jornada una fuerza incontrolable me oprime el pecho, es como un tiro a quemarropa en el fondo de mi alma, que me desgarra con fiereza las fibras de mis sentimientos. Cierro la puerta, me quito el abrigo y aún de espaldas oigo la música, mi, fa sol, y la magia me contagia, el dolor sale. Empiezo a vaciarme como se vacía el cielo cuando escampa, me agito como un perro quitándome la escarcha, avanzo por el pasillo y la melodía se hace más sonora, más armoniosa. Adiós al trabajo. Ya no recuerdo nada, ya todo está en blanco, y esa voz me transporta a un cielo azulado, con el calor que nunca he tenido, luna de sal, tumbas sin lápidas en un cementerio vacío. Cruzo al salón, y una mujer, con su espalda al aire, tocando el piano de mi desconsuelo con sus manos finas y dedos alargados, suenan las teclas con un aire celestial, aspiro hondo y mis pulmones se llenan. La miro, la busco y la encuentro, con el pelo en la cara, y cantando con la dulzura de su voz rota por las notas, corcheas de desamor, me mira y sonríe, mientras mis latidos se unen en un mismo son, brillan sus ojos azules sobre su azabache cabello, agitando su melena al compás de la canción, blanqueando la sala con su dentadura perfecta. Y más enamorado, cojo mi guitarra ajada por el tiempo, y golpeó con fuerza cantando: vuelve a mí. Toco y toco con rabia de niño, al son del piano, y siento y deseo, vuelvo a la tierra, a ser humano, a sentirme persona, y ella canta y yo con mis acordes, la luz entra por la ventana y se refleja en el piano, y los ojos azules, y la canción que termina par volver a mi miseria, para volver a la vida gris, hasta que suena otra nota, y vuelve la música, vuelve la ilusión vestida con una melena negra sobre un rostro blanco, con dos puntos azules y una espalda desnuda que canta como un ángel hermoso y blanco.

lunes, enero 19, 2009

el aniversario

Se acerca el día, se acerca el momento, llega el día número 365, ya queda menos de un mes y se acerca mi aniversario, viene el día en que empecé a quemar mis recuerdos, viene el día en que renací, y un resquemor me aliena la mente con dolor, me requema mis puntos nerviosos y el más doloroso de los recuerdos, el momento inolvidable, indeleble e ignifugo, ya hace un año. Casi no me acuerdo, casi no lo recuerdo, pero en estos días tan cercanos, en mi noche buena particular, se acerca como una flecha volando rápida y girando, girando y girando sobre sí misma, impactando con una brutalidad tan fuerte que se me agarrotan los músculos y me oprimen con una fuerza inusitada. La veo llegar, viene hacia mí, tan rubia como un reflejo, con su pelo lacio y largo, con su mechón sobre la mejilla y unos labios tan calientes que derretirían al mismísimo Lucifer, me abraza con fuerza con sus manos blancas y finas, me sonríe y yo me desespero, me roza con crueldad, da la vuelta y apoya la espalda contra mi pecho abrazándose con mis brazos y refugiándose en ellos, sintiendo su ternura en mi regazo, cierro los ojos y noto su boca en mis manos, viejas, ajadas y tristes, y ella grácil, suave, diáfana y pálida. Siento el beso del frío, y me deshago como un niño colegial, rozo su abdomen con su piel plana y tersa, su ombligo, la sensación extraña de su tatuaje en su cintura, y vuelvo a la enfermedad del amor, a la tristeza de mi enfermiza obsesión. Está de más decir que hacemos el amor, con fuerza, con, fiereza, sin cariños, sin preámbulos, sin amor, y me vuelvo a desesperar. Y ahí queda el recuerdo, ahí se queda esta primera parte, que precede al aniversario, por que el día siguiente, todo pasará, despertaré, y volveré a ser el mismo, volveré a amar a mujeres desconocidas en el calor de la noche, y seguiré intentando quemar este recuerdo maldito, aunque sé que no lo lograré jamás…

Segunda parte aqui

jueves, enero 15, 2009

la decisión

Cómo decir, que después de todo lo andado, después de todo lo escrito, lo vivido y lo experimentado, después de tanta tristeza expresada, de tanta ira acumulada, de tantos sueños tirados a la basura y pisoteados por el pie del destino y del hastio, llega el momento de decidir, decidir si quiero seguir mirando el cristal, ver como la vida pasa ante mis ojos, siendo yo, un mero espectador de ella; o en cambio, comenzar a resurgir, como un fenix alado, majestuoso y bello, renacer de lo hondo de la melancolía y comenzar a vivir, renacer, volver a sentir la vida por mis venas corruptas por el dolor y la seriedad de todo lo ocurrido. Es posible que no llegue ni a sentir la mitad de todo aquello que quiero experimentar, pero ya he tomado la decisión de cerrar los ojos, tomar aire fresco de una gran bocanada y sentir el sol en mi piel, colocar una sonrisa en mi rostro y enfrentarme a la vida y a mi gran desamor, y es posible, por qué no, volver a enamorarme, pero de momento sólo pienso, en tener la alegría que tanto he echado de menos, asi que como decía Gala en su gran Soneto, que vengas nevadas que venga enero/ vengan escarchas ya, vayan viniendo, que no temo nada, que no odio nada, y que no siento nada, tan sólo más y más ganas de seguir viviendo.... y que el cielo espere sentado, y que el mundo se prepare, porque haya vamos que decía aquel, y que no me echen de falta en mi agujero, ni se sientan triste en el infierno de mi marcha, porque he vuelto a la vida y esta vez es para quedarme.... y para conmemorar este día, una gran canción....

sábado, enero 10, 2009

Un momento antes.

Hace ya tanto tiempo que casi no lo recuerdo, hace ya tanto que no lo sentía que me cuesta horrores dibujar con palabras la imagen que quiero representar, hace tanto que no lo vivo que creo estar en un estado de catalepsia crónica. Ese momento antes, aquel momento cara a cara en el que dos labios se mantienen a unos milímetros, ingiriendo el vaho, conectando por un fino hilo casi invisible, por unos lazos tan hermosos que el beso en sí tan solo es la finalización de este rito casi milenario, o millonario¿ no sé muy bien si es así como se dice. Hace tanto que no siento ésto, hace tanto que mi corazón se cerró... Hace tanto que no vivo ese momento antes, que respiro el aliento ardiente de ninguna mujer desconocida, que a veces me pregunto si estoy en la tierra hace tiempo que fallecí y estoy en un infierno dantesco lleno de ironía y crueldad. Hace una eternidad ya, o a mí me lo parece, hace ya tanto, que no recuerdo los días de invierno, refugiarse en la oscurecida, debajo de alguna farola fundida, y sentir la caricia que precede a este tesoro carnal y mental. Hace tanto que siento un abrazo, otra piel humana, acaso estaré solo? No puedo responder, pero espero que no sea así. La verdad es que te añoro, a ti no mujer, sino al sentimiento superficial y vanal, por que soy humano, no olvidarse de eso nunca, que somos humanos y funcionamos por instintos humanos, y el más primario es el deseo de antisoledad, de amor vanal y triste, de una caricia, de un polvo a media noche, de besos al amanecer, y de un te quiero que la mayoría de veces suele ser más falso que la nieve de un belén. Pero que no se pierda la esperanza, que no se tire nadie desde un tejado, por que a veces, entre tanta falsedad, entre tanto miedo, entre tanto sentimiento inútil, una noche conoces a alguién, que lo más probable no vuelvas a ver nunca, pero por esa noche, y con ese momento antes, te hace sentir querido y humano, para luego volver a tu vida cutre y corriente, pero ese recuerdo te llenará para siempre, y no olvidar que en esta tierra sólo quedará de vosotros los recuerdos que les dejeís a los demás. Por eso cuidar los recuerdos, ellos son un yo estuve aquí...

jueves, enero 08, 2009

La Chica Que Tenía Un Gato Con Nombre De Perro.

Dice mi amigo el periodista en unos de sus post que se puede, que se pueden tener todas las canciones del mundo en la cabeza, casi estoy de acuerdo, pero y cuando no se puede, por que aveces sólo lo intentamos, aveces  no podemos y cuando eso sucede que pasa con el "se puede", ahora mismo cae la nieve en Cieza y me acuerdo, de aquellas manos, aquella mujer, sí: es vértigo que el mundo pare, pero ay!! viejo amigo Miguel, y sí, te llamo Miguel, nada de canalla, nada de viejo corsario, nada de Elton, por que ya eres Miguel y pronto don Miguel, porque ya somos hombres mi querido amigo, que pasa cada vez que quisimos y no pudimos acordarnos de aquella canción, por que no olvides que eso pasa, hablo de una canción? o vuelvo, quizás, a hablar de mujeres? qué pasa? ya no recuerdo cual era la canción, recuerdo el grupo de percusión la otra noche, recuerdo la música pero no recuerdo la letra, tal vez, por que la escribió una eterna mujer que bailaba sola en mi mente, dibujando deseo y lujuria en mi entrepierna y en mi alma, tal vez por que ni sabi ni silvio ni siquiera mi  gran Ismael (y a éste le pongo la mayúscula) podrían haber descrito la belleza de aquella mujer con sus etéreos rizos callendo hacia el pecho, con un escote tan maravilloso que me olvidé de sus ojos por un instante, y con una alegría, joder don Miguel (lo ves, pronto venía el Don) lo iluminaba todo, contagiaba todo, lo enamoraba todo, y no recuerdo la canción, tan sólo, que era la mujer que tenía un gato con nombre de perro. Qué triste ¿Verdad?

Pues eso es lo que pasa cuando no se puede, queda la tristeza y el inherente derecho a olvidar para intentar ser un poco más feliz, así que,  este brindis es por ti, este brindis es por nosotros, este brindis es por el pudo ser y no fue, por el verbo querer y no poder, por la impotencia de mis manos y la potencia de mi mente, por los recuerdos (quemados o no), por las mujeres (para que no se acaben) por ti, por Carlos, por Juan, por tu maestro armero y Rita la cantaora, por Isma, por tu guitarra, por el gol de Zidane, por Torres contra Alemania, por el abuelo zapatones, por Zp, por las noches con buenafuente, por Pedro Reyes (of course), por la vida que nos ha tocado vivir, por el niño melón, por la empanadilla de Mostoles, por Casillas, por la teta de Sabrina y los posados de la Obregón, por la puerta del Mississippi, por Diego Tortosa, por Ana, por Vero, por aquellas que pudieron ser, por todas las que fueron y todas las que serán, por el Sexto sentido, por cine de barrio, por la Hierba (también of course), por tu whisky y mi brugal, por la Carla Bruni, por la Pataky y la Pilar Rubio, por la pajilla de media noche, por mi primer beso y mi primer kiki, por mi perra Laika, por mi renault 21, y por los ojos que me dio Dios para poder ver lo asombroso de este mundo. 
Y que siga el vertigo, y que el mundo no pare, porque para todo lo demás, para los momentos malos, siempre me quedará Un Paseo Para Recordar, y mi Jaimie Sullivan con su Landon Carter:

El tio Kaena


Añadido queda en el asadero de recuerdos el sitio en Myspaces de "El Tio Kaena", un grupo de música que ya lleva un tiempo tocando y no lo hacen nada mal, no es porque uno de los guitarras sea mi hermano ni porque el otro guitarra sea mi primo ni el bateria mi oculista, sino la verdad es que no son malos. Al viejo estilo rockero de la guitarra en manos, el zumba zumba de la bateria y con letras ambientadas en lo mas profundo de sus corazones, estos jonas brothers treintañeros se muestran a su público en cueros vivos, metafóricamente hablando,  y sólo vestidos con su música. Así que, animarse un poco y escucharlos no os defraudaran.

domingo, enero 04, 2009

Tarde de invierno....

Aquellas manos, aquella mujer, aquel invierno no paraba de llover... reza la canción de Ismael. Y al mirar. Al observar frente al cristal que también llueve en la vida real, que las tardes de invierno son, ni más ni menos, que tardes de invierno, que un domingo en la tarde, lluvioso, gris y tan hermoso y tan triste, con su igualdad, con sus nubes entrelazadas y con las gotas escribiendo poemas en el ambiente, el aire que azota, el tímido estertor de los arboles y el escalofrío que te sube, recorriéndote el centro de tu espalda, y piensas... En aquellas manos, en aquella mujer, que te abrazaba, que te ayudaba a contemplar la maravilla que suponía una tarde de domingo invernal; y en lo más gélido, en lo más frío de esos momentos sentías calor, calor humano. Puedo imaginar algunas veces que no estoy sólo, y ella esta conmigo acariciando mi espalda frente a la ventana sucia de la lluvia, puedo imaginar el baile frente a la chimenea, la música que suena, la cena que empieza a aromatizar, y Frank con su canción, mientras los bucles de su cabello se me enredan en los dedos; puedo imaginar, su cuerpo desnudo con su sonrisa, sus ojos alocados, puedo imaginar el tintineo de la lluvia en el techo, pero nunca podré sentir ese calor, el calor de aquellas manos, de aquella mujer. 

Mañana habrá pasado todo, esta preciosidad de día, este hermoso recuerdo, se habrá ido y probablemente no volverá, vendrán tardes grises, lluviosas, y casi tan, hermosas como la de hoy, pero no serán como ésta. No estarán aquellas manos, no estará aquella mujer, no estará la canción de Ismael, no habrá huída en mi mente, por que los seres humanos somos así, el recuerdo nos durá los justo para pasar el día, pero las horas que quedan, las disfrutaré con ella, aunque no pueda sentir el calor, al menos Frank cantará un par de veces más, y al menos, frente a la chimenea podré bailar una vez más, y oler su cabello lleno de rizos, levantar la vista y descubrir que todo ha sido un sueño... sueño de una tarde de invierno


viernes, enero 02, 2009

¿Que se ve en la foto?



¿Qué se ve en la foto? Es la pregunta que me hice ayer cuando miré esta fotografía. Por fin lo logré, por fin encontré mi punto intermedio, el equilibrio entre mis sueños y esperanzas, y mis miedos e inquietudes. No importa quien salga en la foto, no importa quien esta delante o detrás, no interesa si conozco a alguien o no, sólo interesa lo que se ve en la fotografía.

Yo cuando la miro, veo mundo, veo colores, veo gente, alegrías, simpatías, problemas que se superan, añoranzas que se consiguen, sonrisas que se esconden, y miradas perdidas, texturas extrañas que resaltan lo mágico del momento capturado por la maquinita de las fotos. Veo cariño y odio, veo amor y desamor, anacronismos de una noche en que todo se permite y nada es permitido, en que unos ojos lo pueden decir todo y una boca no puede hablar nada. ¿Qué se ve en la foto? Pues, simplemente veo vida, vida llena de colores, de sentidos, olores y aromas que despiertan en mí todo lo humano que tengo, todo lo inhumano que de mí se desprende. Por fin encontré el recuerdo, un momento que perdurará con alegría dentro de mi cabeza durante mucho tiempo, un recuerdo que no merece la pena "kemar", por que entre estos recuerdos se encuentran todas las esencias de la vida, todos los perfumes del ser humano, todos los anhelos, y lo más importantes, recuerdos como estos son los que te alimentan durante mucho tiempo. Gracias a todos. 

Feliz 2009