Soledad de los andenes
aún vagas por la estación de mi delito
mientras tu belleza me embarga
en lo triste y lo callado
de tu suerte.
Simples rutinas del corazón
encallan como el tren en el temporal
dejando atrás su océano,
de triste fierro,
de taciturno metal
y en la oscuridad de un negro vagón
la soledad de mi anden
varada entre tanto oleaje,
cautiva de su propio encierro,
vive sumergida en el equipaje
de un amor…
tan frío como el tren
tan duro como el hierro.
1 comentario:
:)
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