miércoles, julio 01, 2009

Isa

Ayer me recordaste lo que fue tenerte por un instante, me recordaste un beso a las tres de las madrugada, mis muletas en el suelo y tu sonrisa tan fina como la noche, ayer te vi, sentada en una cafetería, cerca de mi casa, mareando el café como hacías antes, sé que tú también me viste y por un segundo nuestras miradas se cruzaron, yo me miré los pies como hago siempre y seguí mi camino hasta mi coche, pero esos dos minutos que tardé fue como volver al pasado una vez más, volver al tenebre mundo de mis puñeteros recuerdos de los que ya me estoy cansando. Me recordaste aquella farola que parpadeaba sin cesar, mi primer beso y el calor de un abrazo que jamás he podido olvidar. Debería haberme acercado, preguntarte como te va la vida, si te has casado o tienes hijos, si te has convertido en la profesora que querías ser, si tú también sientes ese calor en las noches de domingo esperando a que llegue la eternidad del lunes. Decirte lo delgada que estás, y lo hermosa que sigues, quizás un: “joder Isa no has cambiado, estás igual de guapa que cuando te esperaba en la esquina de tu casa”. Decirte que fui un cabrón y que me perdones, que necesito que me perdones por puro egoísmo y por que tu recuerdo me atormenta, decirte que me despierto pensando muchos días que olvidarte fue mi gran error, que hay veces que pienso que eres el ángel maldito de Ariel Rot, y que cuando te veo siempre me vuelves a atrapar.

Camino al coche recordé aquella poesía en la esquina del metrópolis, si aquella noche te hubiera dicho que me abrazarás y no me soltarás nunca, que no me dejarás caer que no te quedarás quieta mientras me marchaba, si aquella noche me hubieras dicho volvamos al muro, volvamos a aquella noche mágica con el río de testigo y la noche de carabina y quizás ahora todo no sería un recuerdo, todo no sería unos ojos que se cruzan pensando que una vez nos conocimos, y nuestro amor perduraría en nosotros y no se perdería en un triste cruces de miradas.


No hay comentarios: