sábado, diciembre 06, 2008

amnesia

La mayoría de personas quieren recordar, evocar imágenes antiguas en sus mentes de tiempos ya pasados, canciones ya pasadas que traen memorias felices o situaciones malas que, si bien amargas, siempre se recuerdan con dulzura. A mí, no obstante, me gusta más no recordar, prefiero la amnesia de mi mente. Mis recuerdos son como aquella mujer a la que amas fervientemente pero al final te acaba destrozando la vida o lo que es peor, termina por destrozarte el alma, y un hombre sin alma se termina convirtiendo en un vagabundo de los sentimientos. Un errante de las emociones que sobrevive en este áspero sin vivir con unas migajas de pan emocionales que completan sólo un poco su vacía vida. Recordar es tan dañino como lo es para mí el amor, aunque no siempre fue así.

 

He tenido años mejores, pero la naturaleza de las cosas tarde o temprano te termina por destruir de una manera inefable y determinante. De esa manera preferí olvidar una noche y nacer al día siguiente como una persona nueva, sin recuerdos, quemados como si fueran un pedacito de papel de fumar, y mientras el humo subía y subía los peldaños hasta el insondable cielo me fui transformando en una persona nueva y renacida.

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