lunes, diciembre 07, 2009

Balance un amor que no fue


Termina el año, y estoy casi como lo empecé, con tristeza en el corazón. Ahora mi alma se llena de oscuridad, de pensamientos que prevalecen y acaban siempre con una canción de Sabina llorando alguna mujer que encontró en algún momento de su vida, y yo pretendo izar la mayor y poner rumbo a la felicidad con un corazón roto por cuatro partes, y con dudoso tratamiento. Ahora que todo el mundo hace balance de lo que este pobre 2009 ha dado de si, yo solo puedo pensar en ese rostro que veo cuando cierro los ojos, en esos pequeños ojos que me observan desde la oscuridad, el otoño hecho mirada enamorándome cada vez más, poquito a poco, tan paulatinamente que casi se considera una tortura, porque me hace sangrar, en cada cruce, en cada choque de miradas se me escapa el alma entre las manos y la vida en suspiros que me deshacen a pedacitos pequeños como un espejo roto que parece nieve reflectante al caer desde lo alto de un cielo que por más que intento no puedo agarrar porque siempre se me acaban agrietando las yemas de los dedos por la frialdad que hay al final de esos ojos.

Sé que no soy la misma persona que era antes, decir lo contrario sería negar la evidencia, en otra época seguramente te hubiera perseguido hasta la extenuidad, hubiera pintado el cielo de rojo si hubiera hecho falta. Quizás me he vuelto viejo para perseguir un sentimiento, pero lo que si es cierto es, que me he vuelto demasiado viejo o precavido para perseguir a una mujer. No me malinterpretes, tú mereces que te persigan, tú mereces que drene los océanos y te los regale en un frasquito de cristal, tú mereces que ate la luna a tu balcón como si fuera un globo de niño, mereces un valle verde y frondoso en un ramo de novia. Mereces todo, pero yo no puedo seguir jugándome el culo por mujeres que siempre acaban por absorberme. He pensando muchas veces en cortejarte, muchas veces al pasar por tu vera susurrarte en la oscuridad lo hermosa que eres, quizás algún poema del difunto Benedetti, he pensado alguna vez que otra en trepar a tu balcón y decirte la ternura que hay mí, contarte mis secretos, mis viajes, mis inquietudes, pedirte que me dejes ensañarte quien soy, dejarme que te abrace, que te bese con la dulzura que me haces sentir.

Ahora que termina este año no dejo de pensar en ti, y sé que estos pensamientos sólo duraran hasta primeros de año, porque cada año nazco de nuevo, cada año me reinvento y cada año sigo cambiando, pero ahora… ahora pienso sobre todo en aquella conversación que no tuvimos, en aquella conversación que no quisiste tener. La hemos tenido muchas veces en mi mente, muchas veces te habré dicho “que cuando te miro me calmas, que sólo tú haces que mi corazón esté en paz y no inundado de desidia e ira, que cuando te veo el cuerpo me tiembla, que unos ojos tan pequeños nunca fueron tan bellos”, y tú sonríes, algo nerviosa, yo te acaricio el pelo, tu cabello rojizo y, vuelves a sonreír, mi sangre ya febril se para y el corazón se vacía de nuevo. Después, de camino a tu casa vamos en silencio, yo pensando que por una vez el cielo ha sido bueno conmigo, quizás tú pensando que no era lo que te habías imaginado y por un momento, nuestras manos se rozan, sin querer, uno de esos momentos que el destino tiene con un pobre enamorado, y todo pasa a cámara lenta como en las pelis, te miro mientras te vuelves, tu cabello casi rojo flota en el aire y tu rostro tan bello como un atardecer se me clava en lo más hondo de mi ser, esbozas una sonrisa y yo vuelvo a nacer una y otra vez… Claro que todo esto es ficción y que sólo pasa en mi mente, pero tú sólo por existir lo has hecho posible, claro que esto nunca ocurrirá, pero solo por ser tú ya ha ocurrido en mi mente.

Termina el año, y tú has sido mi hogar durante todo el 2009, necesito agradecer, o quizás, todo esto sea un último intento, por si lo lees, por si quisieras hablar conmigo alguna vez, o no, o quizás esto solo sea lo que es, otra divagación, otra historia más, o simplemente lo use para decir lo hermosa que eres, con tus ojos pequeños, tu cabello caoba y tu cara tan bella como un atardecer.

No hay comentarios: