lunes, marzo 08, 2010

Primera Luna


Marzo llegó y con él su primera luna. Es señal, indicio de que Abril está a las puertas, Marzo sólo es la vigilia, un centinela, el arcángel que viene anunciando con trompetas celestiales que Abril asoma la nariz entre las rendijas que la lluvia y el frío va dejando. Pronto vendrá el sol, las noches frescas y apetecibles, se llenarán las calles de parejitas agarradas de las manos, habrán besos buscando metros cuadrados de oscuridad para ocultarse dentro de su propia intimidad, amores que cuando vuelva el frío se apagarán como el sol de Agosto, el cariño y el aroma a vientre ardiendo se fundirán en abrazos que durarán unos segundos eternos; y Marzo viene a avisar como un pregonero veraniego de que esa electricidad que surge en nuestro cerebro cuando la mezcla entre apetito y visión se hace sana, está apunto de nacer.

Marzo ya está aquí y con él su luna. Esa luna tan hermosa, grande, de la que siempre he estado enamorado, impasible y alta con su luz tangente y cálida, y a pesar de que todos esperan a que llega Abril, yo me deleito en Marzo, la época en la que gané siendo pequeño y en la que perdí siendo tan grande, años en los que amé y dejé de amar. Treinta días de una cuaresma particular en la que preparar el corazón para la primavera, para el sol, el calor pueril y la fiebre enamoradiza que siempre me ataca en estas fechas. Ya estamos en Marzo y su luna nos ilumina, la Luna de Lorca: gira corazón, gira corazón.

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