lunes, septiembre 22, 2008

un Angel



Podría ser que yo fuera o   
antes fuera muy enamoradizo, o 
recordar lo que 
al enamorarse  sientes en el cuerpo.


A veces la magia y las sensaciones 
nunca vienen de golpe a verme y a
guiarme de noche. Siempre
empiezo a otear de un
lado a otro buscando algo, 
a veces ni sé que es lo que busco.
 
Tal vez añoranza, tal vez dolor, tal vez un resplandor que me haga saber que sigo aquí, así encontré un Ángel del cielo, caído desde las mismísimas alturas para servirme las copas. Es un tópico al que no me puedo resistir que la figura de la camarera es la de mujer hermosa  y bella, pero en aquel garito yo vi un ángel y era femenino, paseaba de un lado a otro de la barra cumpliendo con el cometido de toda camarera, y mis ojos no se podían separar de su figura, latiendo firmemente por aquel ambiente cargado hasta más no poder, su cabello bailaba en el aire.

Su silueta dibujaba corazones en mis ojos, al mismo tiempo que ella se movía con la dulzura de la miel, se ondulaba alegremente, mientras le caía cercano a la cara, negro azabache, mezclados con sus ojos marrones, y la sangre en ebullición, sus piernas sin fin como un océano me atormentaban, brillantes como un sol desértico, tan inaccesible detrás de la barra como un diosa griega en su templo del olimpo. Tenía un rostro tan amable que me dejó toda la noche pensando en ella, en su cabecita, en que hermosos pensamientos navegaran por su cabecita, en cada gesto, en cada movimiento, ademán me enamoraba un poquito más, con sus bucles, con su ojos penetrantes, con el dolor que me causaba verla reír, por que no sabía de que reía, con su escote que enseñaba el alma y con mi amor, que en dos minutos de conversación me lo robó. Tal vez algún día....

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