Llevo unos días reescuchando mi vieja música, al viejo Ismael, tantas canciones tristes, tantos momentos para la desidia y el olvido, tanto que se llevó aquel viejo cassette de cinta, con los cabezales roídos de oír siempre la misma canción, con la luz apagada, y la manta sobre la cabeza, y el mundo desapareciendo dentro del hastío, lo raro es que quien me conoce siempre acaba diciendo que lo mejor de mí es mi alegría, y lo incierto es que ahora que, por fin, me he hecho adulto, aún hay veces en que pongo al viejo Ismael, con sus antiguas canciones, apago la luz y me tapo con mi manta para que el mundo desparezca, y sólo pensar en la huida o en aquellas manos, aquella mujer, o en mi Lisboa que tanto añoro y no veo la hora de volver a sus fados y a sus paisajes intensamente calmados, pero cuando suena el reloj me despierto y vuelvo al mundo real, a las bromas, a la risa y la alegría, aunque hay una pequeña parte de mi corazoncito que se queda en la cama escuchando al gran Ismael, paseando por Lisboa con aquellas manos y aquella mujer; y yo mientras pienso en Gala y sus poemas, siendo adulto, sin creer que una vez fui un tal Peter Pan que soñaba con poder volar junto a mi campanilla y a mis niños perdidos, y ahora el niño perdido soy yo.... pero siempre me quedará Gala:
Me sorprendió el verano traicionero
lejos de ti, lejos de mí muriendo.
Junio, julio y agosto, no os entiendo.
No sé por qué reís mientras me muero.
Vengan nieve y granizo, venga enero,
vengan escarchas ya, vayan viniendo.
Troncos que fueron nidos ahora enciendo
y no consigo la calor que quiero.
Suelta la vida al viento falsos lazos:
no hay flor, ni luz, ni sed, ni amor, ni río.
Sólo hay un corazón hecho pedazos.
Agosto miente, amor, y siento frío.
Sin la tibia bufanda de tus brazos
aterido sucumbe el cuello mío.
Continuará.....(última parte aqui)
1 comentario:
Años aquéllos, amigo, qué años
Y éstos. Y éstos
Un abrazo
(Este puto invierno no para de llover)
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