lunes, noviembre 24, 2008

Echar a Volar


Había un hombre que yo conocía que siempre me contaba lo mismo. Decía que él solo miraba las puertas y las ventanas. Había veces que estando en algún lugar se quedaba atónito mirando las puertas, podía estar rodeado de gente que cuando estaba en un lugar cerrado sólo miraba las puertas y las ventanas. Decía que lo único que él deseaba era salir, dejar de sentirse encerrado hasta que un día despareció, no sé si fue por que consiguió escapar o que le ocurrió la cuestión es que no lo he vuelto a ver.
Así he empezado yo a sentirme, con ganas de escapar, de echar a volar como los pájaros en la cabeza de ismael y sus grandes huidas, me quedo embobado viendo una puerta, imaginándome lo que habrá detrás y nunca doy el paso que me falta para abrirla. Pasar el día en el balcón imaginando un mundo diferente, echar a volar, un mundo con valles y paisajes hermosos, donde el último recodo no ande perdido y errante, donde todo esté como debe estar, con su hombre de traje gris sin perder el corazón, con la sonrisa en el rostro, un mundo imperfecto pero hermoso. Ya casi no reconozco lo que es mi mundo a lo que es el mundo, y la cuestión es que no soy infeliz, pero quizás, si escapara, si saltara un día por la ventana y echara a volar, pudiera ser que me convirtiera en alguien especial y no en la simple persona que soy ahora.

2 comentarios:

Miguel A. Ortega Lucas dijo...

Oye, hazme el favor de no saltar por ninguna ventana. No sé si recuerdas, el peligro que tienen las vent anas. Ah, y cuando tú seas simple a mí me harán papa de Roma.

Daniel Díaz dijo...

solo es una metáfora, no te preocupes me queda mucha vida (creo)por lo menos hasta verte en bruselas