miércoles, marzo 18, 2009

Junto a las oliveras,

Era una de nuestras primeras noches, entre caricias y besos, calores y una pasión desatada, ya buscábamos nuestro sitio en el mundo, un lugar nuestro, para nosotros, donde el tiempo no pasara y la luna nos acunara en su regazo mientras nos amábamos con ardor y violencia. Hartos de corretear por las calles persiguiéndonos como enfermos, buscando la droga que sólo encontrábamos en la piel del otro. Cansado de mirarte y no poder tocarte, cansado de desearte como quien desea un tesoro. Buscamos nuestro sitio bajo las oliveras, aún recuerdo con paciencia febril y deseo carnal nuestras noches allí, el sabor de tu vientre cálido, tu boca sinuosa y triste y tus labios ardientes como el averno. Es como si te estuviera viendo ahora mismo tendida en aquella manta con el olor de la oliva madurando aún en mi retina y tú tan hermosa como una diosa griega, acurrucada entre mis brazos, deshaciéndote en cada caricia, derramando tu cariño en cada sonrisa, con la mirada tierna y la piel tan suave como un abrazo. Hartos de buscarnos una noche de primavera encontramos nuestro sitio, para ti y para mí, sólo nuestro. Al fin lo teníamos, pero todo quedó atrás, se nos olvidó el amor, se nos pasó seguir besándonos, se nos olvidó ir a nuestro lugar secreto con la manta, las oliveras, la luna y su regazo y los cariños de enamorados, todo se perdió.
Hoy he vuelto a pasar por allí, resulta que todo lo van a quitar, tirarán las casas, arrancarán las oliveras y construirán algo, quizás un parque, quizás un bloque de pisos, quizás no lo sé, pero me he alegrado de que ese lugar desaparezca, si ya no voy a volver contigo, escuchando tus carcajadas, si ya no queda amor en aquellas oliveras prefiero que mueran y se pierdan, como se perdió todo lo demás, prefiero que todo se quede en un recuerdo, recuerdo que se quemará a su debido momento. Ahora busco también mi lugar, un lugar para mí sólo, donde el amor no llegue y nadie me defraude, donde todo sea bonito cuando cierre los ojos y el cielo cambie de color cada media hora, donde piense en una flor y aparezca de repente, donde haga calor si tengo frío y haga frío si tengo calor, donde llueva constantemente una lluvia de sabores, a chocolate y sal, a limón y naranja; un sitio que esté lejos de ti y lo más cerca de mí que pueda, y no es rencor se llama olvido…

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