domingo, diciembre 27, 2009
Di mi nombre...
Di mi nombre y seré feliz, dilo y entonces yo te haré feliz a ti, por el resto de tus días, despertaré un día tras otro, beso tras beso, abrazo tras abrazo miraré tu sonrisa y me volveré a enamorar como el día que te vi pasar por la ventana, una y mil veces me enamoraré de ti… pasaré el resto de mi vida escribiendo versos de amor sin rima, cantaré canciones sin armonía y guardaré mi vieja guitarra en el desván que hay entre tu pecho y tu ombligo, porque no habrán más placeres, no habrá nada más que no seas tú, no existe mujer más hermosa, recogeré los trastos que hay tirados por mi corazón enfermo, limpiaré todo para dejarte sitio dentro de él, enredaré mis dedos en tu pelo y te susurraré al oído que eres puro amor, que en el cielo de mi mundo interior tu eres la luna, si dijeras, ay!… si lo hicieras… pequeña mar…
martes, diciembre 15, 2009
Sonrisa de Luna.

He vuelto a tener ese sueño, otra vez, el mismo sueño. Todo empieza en mi cama y dura tan sólo un segundo. Si tuviera que definirlo diría que este sueño es el aforismo de los sueños, o al menos, la versión simple de lo que debe un ser un sueño. Todo empieza en mi cama, oscuro, triste, así es mi imperio, un mundo vacío y que casi siempre me queda grande para gobernarlo sin consorte, y una voz, aterciopelada, tan dulce como la ternura de un niño, resonaba en las fronteras de mi reino. Quedé toda la noche escuchando aquella canción que se convirtió en un susurro cuando amaneció; abrí la ventana y el olor a lluvia me atacó el corazón con golpes de nostalgia, y de nuevo aquella voz, que se hacía más fuerte, me sanaba las heridas como un milagro, volví a mirar por la ventana y otra vez era de noche, el atardecer cayó como un rayo y la noche se cerró. Intenté volver a mi lecho pero mi reino estaba invadido por la voz, florecían los jardines y el castillo se iluminaba entre las sábanas, y un cuerpo apareció de la nada, desnudo, bello, diáfano y espléndido, el milagro se hizo mujer y un aroma a flores me desgarro el olfato al tiempo que deshizo mi armadura, y a medida que los trozos de mi coraza caían al suelo mi corazón empezaba a latir. Me sentía tan raro, aquella sensación, sentirse vivo, libertad en mi cuerpo, como si flotara. Extendió una mano y me sonrió, con la sonrisa de la luna, “pobre mujer” pensé, pero al tocarme todo desapareció de golpe, se fue el miedo acumulado durante tantos años, se escapo por las rendijas de mi piel el dolor de años pasados, y por las grietas de mi cuerpo emanaba el veneno inyectado por las mujeres que han pasado por mi vida, y mi corazón latía cada vez con más fuerza

Mientras dormía sentía su calor, su mano apretando la mía y una luz blanca de luna llena iluminaba la habitación, paseaba mi mano por su espalda y en los surcos de su torso no encontré ni una sola cicatriz. “Ves mi cruz” le dije sin pensar, “ésta eres tú, y te llevo a cuestas”, volvió a sonreír, me besó y se levantó como se levantan los dioses, con el aura alrededor, y la sensación de que todo iba a ir bien, miró hacia arriba y clavó sus ojos en los míos, extendió sus alas y me sonrío otra vez, con su sonrisa, como sonríe la luna, “espera, no te vayas, yo no puedo volar sólo, no podré, agarra mi mano” Ella cogió mi mano, me dio con su aliento en el rostro y me volvió a besar, me acarició como acaricia una amante, y se fue. Mientras corría hacia la ventana sentía, que mi corazón se volvía a parar, que el veneno volvía a mí pero no fue así. Miré hacia arriba y allí estaba ella grande, impasible y majestuosa, al lado de sus estrellas, la luna hecha ángel, la luna hecha milagro, el milagro hecho mujer sólo para mí. Pero todo fue un sueño.
lunes, diciembre 07, 2009
Balance un amor que no fue
Termina el año, y estoy casi como lo empecé, con tristeza en el corazón. Ahora mi alma se llena de oscuridad, de pensamientos que prevalecen y acaban siempre con una canción de Sabina llorando alguna mujer que encontró en algún momento de su vida, y yo pretendo izar la mayor y poner rumbo a la felicidad con un corazón roto por cuatro partes, y con dudoso tratamiento. Ahora que todo el mundo hace balance de lo que este pobre 2009 ha dado de si, yo solo puedo pensar en ese rostro que veo cuando cierro los ojos, en esos pequeños ojos que me observan desde la oscuridad, el otoño hecho mirada enamorándome cada vez más, poquito a poco, tan paulatinamente que casi se considera una tortura, porque me hace sangrar, en cada cruce, en cada choque de miradas se me escapa el alma entre las manos y la vida en suspiros que me deshacen a pedacitos pequeños como un espejo roto que parece nieve reflectante al caer desde lo alto de un cielo que por más que intento no puedo agarrar porque siempre se me acaban agrietando las yemas de los dedos por la frialdad que hay al final de esos ojos.
Sé que no soy la misma persona que era antes, decir lo contrario sería negar la evidencia, en otra época seguramente te hubiera perseguido hasta la extenuidad, hubiera pintado el cielo de rojo si hubiera hecho falta. Quizás me he vuelto viejo para perseguir un sentimiento, pero lo que si es cierto es, que me he vuelto demasiado viejo o precavido para perseguir a una mujer. No me malinterpretes, tú mereces que te persigan, tú mereces que drene los océanos y te los regale en un frasquito de cristal, tú mereces que ate la luna a tu balcón como si fuera un globo de niño, mereces un valle verde y frondoso en un ramo de novia. Mereces todo, pero yo no puedo seguir jugándome el culo por mujeres que siempre acaban por absorberme. He pensando muchas veces en cortejarte, muchas veces al pasar por tu vera susurrarte en la oscuridad lo hermosa que eres, quizás algún poema del difunto Benedetti, he pensado alguna vez que otra en trepar a tu balcón y decirte la ternura que hay mí, contarte mis secretos, mis viajes, mis inquietudes, pedirte que me dejes ensañarte quien soy, dejarme que te abrace, que te bese con la dulzura que me haces sentir.
Ahora que termina este año no dejo de pensar en ti, y sé que estos pensamientos sólo duraran hasta primeros de año, porque cada año nazco de nuevo, cada año me reinvento y cada año sigo cambiando, pero ahora… ahora pienso sobre todo en aquella conversación que no tuvimos, en aquella conversación que no quisiste tener. La hemos tenido muchas veces en mi mente, muchas veces te habré dicho “que cuando te miro me calmas, que sólo tú haces que mi corazón esté en paz y no inundado de desidia e ira, que cuando te veo el cuerpo me tiembla, que unos ojos tan pequeños nunca fueron tan bellos”, y tú sonríes, algo nerviosa, yo te acaricio el pelo, tu cabello rojizo y, vuelves a sonreír, mi sangre ya febril se para y el corazón se vacía de nuevo. Después, de camino a tu casa vamos en silencio, yo pensando que por una vez el cielo ha sido bueno conmigo, quizás tú pensando que no era lo que te habías imaginado y por un momento, nuestras manos se rozan, sin querer, uno de esos momentos que el destino tiene con un pobre enamorado, y todo pasa a cámara lenta como en las pelis, te miro mientras te vuelves, tu cabello casi rojo flota en el aire y tu rostro tan bello como un atardecer se me clava en lo más hondo de mi ser, esbozas una sonrisa y yo vuelvo a nacer una y otra vez… Claro que todo esto es ficción y que sólo pasa en mi mente, pero tú sólo por existir lo has hecho posible, claro que esto nunca ocurrirá, pero solo por ser tú ya ha ocurrido en mi mente.
Termina el año, y tú has sido mi hogar durante todo el 2009, necesito agradecer, o quizás, todo esto sea un último intento, por si lo lees, por si quisieras hablar conmigo alguna vez, o no, o quizás esto solo sea lo que es, otra divagación, otra historia más, o simplemente lo use para decir lo hermosa que eres, con tus ojos pequeños, tu cabello caoba y tu cara tan bella como un atardecer.
domingo, noviembre 29, 2009
Yo sólo busco...
Yo sólo pido que esta noche sea mía, que si tengo frío lo calme el calor de tus manos, que si tirito tus brazos me rodeen como un abrigo de belleza, y que si despierto empapado en sudor, me cuides, si tengo pesadillas me consueles, si lloro tú a mi lado y si sonrío seas feliz…. Yo sólo busco que esta noche sea nuestra, sólo quiero un milagro para que el sol me obedezca y tarde un poco en salir, que ya viene el rojo amanecer y sigo sin sentir que esta noche ha sido nuestra, sigo sin escribir cuando te sueño, sigo sin sentir el corazón latir al desnudo, sigo sin necesitar nada de ti, sólo quisiera que esta noche sea nuestra…
martes, noviembre 17, 2009
Amarillo

El viento me susurraba al oído que algo especial iba a pasar, el parque estaba precioso y mis zapatos hacían un leve sonido a crujido al pisar las hojas que caían a mí alrededor. Llegó noviembre y con él nuestro aniversario, llegó el frío que me dejaste en los huesos cuando te dije adiós; no quise, no deseaba pensar en ti, pero lo inevitable se hizo carne en una milésima. Las hojas revoloteaban a mi alrededor, y el cielo estaba rojo como tus labios, no quise pensar en ti pero pensé. Te vi, te vi sentada en aquel banco, absorta en tu libro de hojas arrugadas y con tu flor amarilla en el pelo. Todo era tormenta y sólo un halo de luz en tu cara, pero ahí permanecías quieta y majestuosa. Mi corazón se encendió, mis ojos se iluminaron y se fue el frío, dudé pero me acerqué, pero poco a poco todo se disipaba, y no quise pero seguí pensando en ti, recordé como iba a verte día tras día, siempre a distancia observando como nada te perturbaba, como te rizabas el cabello y te humedecías los labios, y no quise pero…
No quería, pero lo tuve que hacer, no lo deseaba pero el corazón me apretaba con tristeza y odio, pensé en ti, quién me lo iba a decir después de diez años. Recordé tu primeras palabras, viví de nuevo los besos por los pasillos, sentí otra vez las huidas buscando una farola rota, una noche de aguacero y una excusa para abrazarnos; volví a ser un niño en los brazos del amor más ardiente, con la inocencia tan intacta como el corte de tu falda. Volví a ser feliz y olvidé lo que vendría más tarde, se me olvidó que luego te irías y que mi vida se retorcería como una serpiente en un desierto, se borró de mi mente que vendría la rubia sin corazón, se me olvidó Portugal y se me fue Lisboa, mi querida Lisboa, se me olvido María y el reloj de
Y cuando me dejé llevar al deseo, cuando empecé a querer, cuando quise, me dí cuenta de que no eras tú, siquiera dije hola, se extrañó la chica seguro, pero no eras tú, y otra vez volví a mi corazón hecho trizas y se me escapó tu imagen serena, tu sonrisa y tus rizos, el aroma de tu piel a tango argentino y a playa del levante, y mientras volvía a mi mente el reloj,
martes, octubre 27, 2009
Que llegue la noche
lunes, octubre 19, 2009
El callejón de los sueños
martes, septiembre 29, 2009
El otoño de un guerrero

sábado, septiembre 12, 2009
Un año más...
miércoles, septiembre 09, 2009
Al día siguiente (continuación) Por Eva.
martes, agosto 25, 2009
Vámonos (Continuación)
domingo, agosto 09, 2009
Historia de un reencuentro....1ª Parte

Como un Flash que te deslumbra, una luz cegadora que te nubla la vista y, a pesar de la luz, te sumerge en las más oscuras tinieblas por unos segundos, verte allí fue como el tintineo de la mañana, el estertor armonioso de una hoja calada por el rocío imperecedero de la mañana insidiosa. Tardé unos segundos en reconocerte, en mirar dentro de ti para reconocer tu alma, me acerqué para sentir ese calor que hace unos años me diste. Tu mirada permanecía clavada en mí: “Con estos ojos puedo parar el mundo” me dijiste una vez, y yo te creí. Avanzaba entre la gente y nadie parecía darse cuenta de nada, nadie se imaginaba que dos almas separadas se estaban volviendo a unir, y a falta de unos metros sentí el latido de tu corazón y lo reconocí, reconocí el amor que irradiaba, puro amor, puro deseo; te apartaste el pelo de cara, esa era tu marca, esa era la señal y entonces estuve seguro, mientras tú reías y yo me desesperaba, mientras tú me mirabas y yo me deshacía como un pedazo de hielo. Esa sensación que recorría mi cuerpo, impulsos eléctricos que me aturden una y otra vez, esa angustia antes de tocarte, la quemazón en el pecho, la presión en la sien y las hormigas recorriendo mi estomago devorando mi alma sin piedad. Quedé inmóvil, imperecedero ante ti a escasos dos metros, casi dos años y una miríada de kilómetros, de los que me arrepiento uno a uno, y después de acordarme de la puñetera cobardía, lloré. Lloré como un perro que pierde a su amo, como un niño que no encuentra un juguete, como un amante cuando se da cuenta que es feliz…. Ella se movió, no lo vi pero lo sentí, sentía todo, cada paso, cada momento, cada latido, cada todo… Te vi venir, te vi andar, incrédulo y a un paso de mí me volviste a coger de la barbilla, como hiciste hace casi dos años en aquel banco de la avenida de la libertad, querida Lisboa que nostalgia de ti….. “siempre que nos vemos te encuentro llorando, nenaza” me dijiste con esa voz que tanto me calmó aquellas noches de abril. Sin un segundo para recordar, sin minuto para pensar que hacías allí, a qué habías venido o por qué llevabas aquel vestido blanco que se te trasparentaba al trasluz y que llevaste aquella última noche, aquella noche en que cerraste la casa de fados para mí, aquella noche que oí tu voz como si fuera un pecado, aquella noche en la que me tuve que marchar con tu canción en mi tímpano resonando como los truenos en la oscuridad de la tormenta, aquella noche que me regalaste el calor de tu cuerpo, la noche en la que me fui con tu imagen clara machacándome la mente y con el aroma de las flores que dejé en tu cama mientras dormías, el miedo a no verte más y el sentimiento de contrición por no quedarme a tú lado como me suplicaste.
lunes, julio 20, 2009
Rojo, Negro y Amarillo
domingo, julio 12, 2009
Sombras y Fantasmas.
viernes, julio 03, 2009
Miro
miércoles, julio 01, 2009
Isa
jueves, junio 04, 2009
Después fue...
domingo, mayo 31, 2009
Primero fue...
miércoles, mayo 27, 2009
Nur
jueves, mayo 21, 2009
Dolor, Odio, Tristeza, Amor
martes, mayo 19, 2009
Wonderwall
domingo, mayo 10, 2009
La Noria
miércoles, mayo 06, 2009
Aquel día Dios tampoco apareció.
Soledad de los andenes
aún vagas por la estación de mi delito
mientras tu belleza me embarga
en lo triste y lo callado
de tu suerte.
Simples rutinas del corazón
encallan como el tren en el temporal
dejando atrás su océano,
de triste fierro,
de taciturno metal
y en la oscuridad de un negro vagón
la soledad de mi anden
varada entre tanto oleaje,
cautiva de su propio encierro,
vive sumergida en el equipaje
de un amor…
tan frío como el tren
tan duro como el hierro.
martes, mayo 05, 2009
El Primer Día.
martes, abril 28, 2009
El Guardián de tus recuerdos.
domingo, abril 19, 2009
Pelo Rojo, Esperanza Roja

Las noches trascurrían vivas, llenas e infinitas, todo parecía eterno, todo era etéreo, cristalino, tu pelo teñía con su rojo el cielo constipado de estrellas luminosas y grandes, sonaba Elvis en el coche, y con su Love Me Tender nos metíamos mano con la indecencia de quinceañeros, el verano nos abrasaba la piel y la desnudez nos hacía vibrar en el río, todo era perfecto, tus ojos gritando al cielo y tu risa recorriendo las calles vacías, yo me sentía inmortal al tocarte y parecía volar en espiral con cada beso, tú, tremenda y guapa, tan bella que a cada momento que pasaba me parecía verte levitar, alzándote hacia tu olimpo como una diosa griega. Eran días que ahora recuerdo sin poder evitar llorar de amargura, verte sonreír era el oxigeno y los paseos, las noches tumbados en la hierba era el agua, no hacia falta comer sólo vivir en tus caricias, mirarte desde lejos y sentir que el mundo giraba en la palma de mi mano, y a cada lágrima se le unía un suspiro, una esperanza de que todo era posible, de que la esperanza existe más allá de lo que nuestra mente podía imaginar. Y cuando nuestra piel se hacía una, el cielo y la tierra se disolvían en uno con el cántaro mágico de Iris y sus alas doradas, veíamos el océano en la panza de una piedra y el amor en cada esquina y los besos en cualquier sitio, retozar en la playa y la arena en los bolsillos, todo valía, todo era posible, después llegó el nubarrón y todo se fue con la lluvia.

miércoles, abril 15, 2009
Adios Chache.
sábado, abril 11, 2009
El Andén
miércoles, abril 08, 2009
Llegó Abril.
Recuerda
domingo, abril 05, 2009
Ana
sábado, marzo 28, 2009
Sueños.
Trabajar de noche tiene estas cosas, que duermes de día, fácilmente pueden ser las seis de la tarde y seguir durmiendo, yo acabo de despertar. Despierto con una sensación que hacía tiempo que no sentía, bienestar en todo mi cuerpo, con una sonrisa tan dulce como agradable y empapado en sudor. Por un segundo todo se había hecho tan real que casi lo podía sentir, justo en el momento que uno abre los ojos y recuerda el sueño, que a veces se confunde con la realidad, estabas ahí, en mi cama abrazada a mí como hiciste tantas veces hace tiempo, podía oler tu pelo de una manera tan realista que aún tengo tu aroma en mi nariz, acariciar tu piel en la zona baja de la espalda donde tienes el tatuaje, porque ahí la sensación de tu piel es diferente, es única. Sentir como se eriza todo mi cuerpo al surcar una pequeña parte de tu cuerpo, como todos mis puntos nerviosos se descontrolan y me elevan a un nirvana desconocido y extraño pero cariñoso. No sé si estaba dormido o despierto, quizás ni lo uno ni lo otro, puede ser que perdido en la zona que vagas entre lo onírico y lo real, done aún puedes ver el sueño con claridad a sabiendas de que un minuto más tarde no recordarás nada o casi nada, lo cierto es que a la hora de describir esto me dejo muchas cosas atrás que no recuerdo del sueño. Es posible que ahora ande algo confundido por el sueño, pero lo que puedo decir es que este sueño me ha trasportado a tiempos pasados en que me sentía especial, en que era alguien, muy diferente a como soy ahora sí, pero alguien que era muy feliz pese a todo. Ahí estabas tú, con lencería negra tendida en mi cama y sonriente, sudorosa, habíamos hecho el amor como lo habíamos hecho tantas veces y yo te pedía que me cantaras al oído como lo hice aquella vez en aquel pequeño trastero en las alturas del cielo; en esa época con quererse bastaba, ahora todo es diferente, ahora no basta el amor, ahora se necesitan muchas más cosas que yo carezco. Al rato, nos quedábamos en silencio, bajo la penumbra de la tarde y yo te decía que todo había sido por ti, que el cambio fue por ti, que quien soy ahora fue por ti y tú renegabas, yo te decía que callases, calla peque, cállate, porque todo fue por ti pero tu amor por mí duró dos meses y todo cambió, entonces todo fue por mí, cambié por mí, ahora soy mejor persona, aunque siempre algo de eso fue por ti. Quizás si te hubieras molestado en conocerme, quizás si le hubieras dado una oportunidad a mi pobre corazón, quizás estarías orgullosa de quién soy y en quien me he convertido. Después de decirte esto me besas, con tanto amor que casi me haces daño, medio llorando me dices lo mucho que me quieres y por fin despierto. Vuelvo a lo real y aunque sé que el sueño continúa no consigo recordar nada.
Después vuelvo a la realidad, me despejo y en el espejo me pregunto qué ha pasado, por qué ese sueño y por qué ahora, quizás porque eche de menos el sentirme tan especial como era en antaño, o quizás por qué recordar un viejo un amor siempre es gratificante, o quizás, simplemente porque sí. Pasados unos minutos vuelvo a la cama y me quedo unos minutos recordando viejos momentos que me llenaron de juventud y gloria, recordé el tatuaje, recordé el olor de su pelo, su risa atípica pero contagiosa, su manera de estornudar, sus pies tan pequeños, sus ojos de gata y lo que le gustaba que le rascaran la espalda, su forma de mirarse en el espejo y lo preciosa que estaba cada vez que se enfadaba, pero después volví a la realidad, a que no esperó, a que me recordó durante dos meses, a que me cambió como quien cambia una camisa vieja, quizás no me quiso nunca, quizás simplemente fui un pañuelo cura fracasos que duró mucho tiempo, quizás hay personas que se olvidan del amor como quien se olvida las llaves, no lo sé. Yo lo que sé, es que una parte de mí se fue con ella aquel día de aquel piso y que sólo vuelvo a tenerla cuando me visita en estos sueños.